domingo, 2 de febrero de 2020

LAS MALAS DECISIONES DE LOS GOBIERNOS AFRICANOS

Hace demasiado tiempo que África y los africanos arrastramos las consecuencias de las malas decisiones de nuestros gobiernos. Son decisiones tomadas sin contar con las necesidades, las realidades ni los deseos de los africanos. Toman medidas supuestamente de progreso pero con los criterios que se dejan imponer desde Europa, y esos criterios no valen en África. Solo benefician a las empresas y los gobiernos de quienes finalmente llevan a cabo la empresa.
Como ejemplo pongamos el caso del "Barco de los Joola".
Se trataba de un ferry que hacía el trayecto por mar Dakar-Casamance.
En septiembre de 2002 este barco se hundió frente a las costas de Gambia con de 860 personas a bordo, solo 50 sobrevivieron. La noticia se difundió en España porque cinco turistas españoles fallecieron en el suceso.
El barco era en origen un barco fluvial, la profundidad a la que se navega es muy diferente en el mar. No están preparados para afrontar temporales, además la potencia de los motores es menor y la forma del casco también se ajusta a la forma de corregir las corrientes marinas. Cualquier técnico senegalés podría haber aclarado una cuestión tan simple, pero se resuelve basándose en criterios económicos y no de seguridad para las personas.
Lo mismo viene ocurriendo con la moneda. El franco FCFA ya era una moneda con poco significado entre la población senegalesa. Era una moneda impuesta y fabricada por Francia. Sin embargo ya existía costumbre de uso en el país. Ahora se cambia por el ECO. ¿Con qué finalidad? ¿Existía una necesidad real para este cambio? ¿Va a mejorar la vida y la economía de los senegaleses y senegalesas? ¿Compensará alguna de sus supuestas ventajas el desajuste que supondrá el cambio de moneda? Todas esas respuestas podrían buscarlas entre la población mayoritaria. Seguramente escucharán muchos NO.
Casos semejantes se dan en la pesca y otras actividades típicas del país. Se ven aniquiladas por la implantación de técnicas extranjeras. Así el arrastre de los barcos europeos destruye los caladeros típicos de Senegal, compite con enorme superioridad en capturas frente a nuestros barcos para recoger una inmensa cantidad de pescado de las especies que no se consumen en Europa y, sin embargo, en Senegal sí. Después de arrastrar durante horas esos pescados, los tiran al mar, muertos en su mayoría. Cantidades de pescado que ni siquiera los barcos senegaleses que acuden a ellos para recogerlos son capaces de asumir. No solo se llevan nuestro pescado con el beneplácito de nuestro gobierno que no es capaz de llegar a acuerdos que beneficien realmente al país, también arrasan el fondo marino e inutilizan los caladeros para muchos años.

¿En quién piensa el gobierno cuando toma sus decisiones? No en los senegaleses.


Hundimiento del Joola



Sabemos que no es fácil tomar decisiones y que a veces un sí a una propuesta exterior es necesaria, pero cuando ese sí hipoteca y destruye un estado, es necesario al menos poner las otras alternativas sobre la mesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario