sábado, 15 de junio de 2019

AQUÍ EMPEZÓ TODO





Esta es Mame Sokhna Mbengue. Es el nombre de mi abuela, el que le puse a mi patera, construida a partir de mi segunda patera en 2004. La que casi me trajo hasta España. Lo recuerdo bien porque aquel año se cumplían 44 años de la independencia de Senegal, el 4 del 4 del año 44 de independencia. Aquella tenía 10 m de eslora y utilicé su madera, de buena calidad, para construir la que aparece en la foto, de 18 m.
Cuando en Europa se habla de pateras, la idea que viene a la mente es la de un pequeño bote repleto de gente que naufraga o, en el mejor de los casos, atraca en una playa de alguna costa del Mediterráneo o del Atlántico.
Pocos saben lo que una patera como esta puede significar para una familia senegalesa.
Una patera como esta (gal) es en sí misma una empresa en la que pueden llegar a trabajar directamente de 20 a 30 personas (30 en el caso de sardineras), a lo que hay que añadir aquellas que venden el pescado en la lonja, o lo distribuyen para venderlo en otros lugares, en los que se diluyen los ingresos directos que puede proporcionar.
Con estos ingresos puede sostenerse el día a día de unas 100 personas, en su mayoría de la misma familia, que en Senegal son muy extensas.
Cada una de las pateras que llega a las costas Españolas es incautada y, o bien se destruye en el mismo lugar de llegada si su estado es ya irrecuperable, o se traslada a uno de los cuatro depósitos en los que se recogen las embarcaciones incautadas por motivos diversos, en espera de su destrucción a partir de una orden judicial que puede tardar unos 5 años en llegar. Solo en el caso de embarcaciones neumáticas o barcos de recreo pueden ser subastadas cuando lo decida el Tesoro.
Y cada una de ellas es un negocio familiar cerrado, una necesidad de volver a empezar que se crea en el país de origen, en este caso Senegal.
Es este un aspecto de la inmigración cuya repercusión nunca aparece en los análisis variados que leemos en la prensa. ¿Por qué habría una familia de prescindir de su medio de vida, dejando aparte la decisión personal de quien se marcha en ella, si no fuera porque los mares de Senegal están siendo diezmados por los grandes pesqueros europeos, y asiáticos?
¿Saben quienes critican la llegada de inmigrantes a sus costas, que sus propios países están empujando a estas embarcaciones al mar?
No podemos dar una respuesta exacta de por qué cada persona toma una decisión así, pero sí que, entre los pescadores, la pérdida de la capacidad de recogida en las últimas décadas ha pesado mucho en ella. Y de eso, por supuesto, no se habla.
Esta patera me salvó la vida en mi primer viaje. Seguramente ya no existe, aunque sí lo hace en mi historia.

1 comentario:

  1. Muy interesante conocer estos detalles acerca de las pateras y quiénes os embarcados en ellas para llegar hasta aquí
    . Os deseo mucha suerte con el libro y con todo lo que rodea este proyecto

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